Una crema para llevar como precioso vestido al final de cada día soleado para que incluso bajo la pálida luz de la luna los tonos ámbar de tu bronceado brillen con alegres reflejos dorados y para que a la piel de tu cuerpo nunca le falte hidratación y frescura. Refrescada por la tan esperada ducha nocturna, la piel encuentra un verdadero tratamiento de belleza esperándola. De hecho, este aftersun aterciopelado es rico en elementos nutritivos, elastificantes y reparadores - como la manteca de karité y de cacao, los aceites de oliva y de mango - que complementan su acción beneficiosa con la del gel de aloe vera, con sus propiedades antioxidantes y emolientes. Con unos rápidos gestos, dotarás a tu piel de elasticidad y alivio de las rojeces generalizadas, además de un excedente de activos esenciales para prevenir el envejecimiento cutáneo prematuro. Pero también habrás envuelto toda tu persona en un manto tejido con pequeñas y brillantes lentejuelas doradas.

Sin siliconas, parabenos ni vaselina.
97% ingredientes de origen natural
. El porcentaje restante de ingredientes garantiza la estabilidad y el agrado del producto.

Recomendaciones de uso