Reina de Prado

Reina de Prado

Las pequeñas flores que forman la primavera. La luz ha cambiado, el verde brillante de la hierba nueva atrae la mirada y se perciben aromas nuevos y ligeros en la brisa. No hay duda: después de un largo letargo invernal, la alegre Naturaleza despierta cuando llega la nueva estación.

Es un placer pasear por los senderos herbosos, por los prados, y entrever aquí y allá los signos más evidentes y alegres de la vuelta de la primavera: ¡por todas partes han aparecido pequeñas y bonitas flores! Las primeras que se ven son las preciosas Reinas de los Prados, nubes florales suaves, diminutas y de un blanco puro que deben su nombre real a la reina Isabel I de Inglaterra. De hecho, a ella le encantaba decorar sus habitaciones de forma natural con estas deliciosas florecillas, dejando que su delicado aroma se extendiera por todas partes. La margarita ocupa un lugar especial en el escenario primaveral de la naturaleza, con su corola blanca salpicada de un pequeño centro amarillo que alegra los campos. Consideradas siempre como el símbolo de la pureza y la inocencia, estas son las flores de las que todos, al menos una vez en la vida, hemos deshojado, uno a uno, repitiendo el conocido verso "me quiere, no me quiere", para descubrir el destino de nuestra vida amorosa

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